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Reseñas de libros y películas

El principio SK

(Publicado en GralsWelt 36/2005)

por Erich Visotschnig/Siegfried Schrotta
Carl Ueberreuter, Viena, 2005

Cuando este libro llegó a mi escritorio para revisarlo, pensé: "Otra de esas guías que a veces son muy divertidas, a veces incluso dan ideas interesantes que difícilmente se pueden poner en práctica". Luego la sorpresa: ¡tengo el libro de la década en mis manos!
Los dos autores, analistas de sistemas experimentados, desarrollaron un proceso sencillo que permite que grupos de todo tipo lleguen a un consenso rápida y fácilmente sobre temas polémicos. Esto se hace con un método de evaluación en el que ninguna idea, persona o partido es ignorado o excluido. Por regla general, se cristaliza el compromiso óptimo entre los deseos de todos los involucrados.
Lo que a primera vista parece imposible se gestiona mediante un procedimiento en el que se otorgan puntos afirmativos y negativos; la propuesta que mejor satisfaga los deseos de todos los involucrados tiene la mayor oportunidad. Nadie es superado en votos, todos aportan sus preferencias y contribuyen al resultado. No es el "mínimo común denominador" lo que surge, sino el "máximo común denominador".
El procedimiento es tan sencillo que incluso los niños de 10 o 12 años pueden utilizarlo para resolver sus problemas. Con suerte, habrá muchos maestros que presenten este proceso a sus alumnos y lo prueben con ellos.
salvando la democracia
El tan lamentado desencanto con la política actual se debe principalmente a las continuas y destructivas disputas partidistas. Esto incluye los votos de lucha aparentemente inevitables en los parlamentos, que alejan a muchos votantes porque el tema ya no está en juego. Para aquellos que son superados en las votaciones, que pueden ser superados marginalmente en número, queda una sensación de injusticia que deja frustración a su paso. Los rituales de votación de hoy, en los que los antagonismos inevitablemente se construyen y exacerban, pueden ser reemplazados elegantemente por el procedimiento de consenso, que, cuando se aplica correctamente, conduce casi con certeza al mejor compromiso posible que puede satisfacer a todos los grupos. Los ejemplos prácticos se pueden encontrar en el libro mencionado.
Cabría dudar de que las incorregibles cabezas de hormigón que actualmente lideran partidos y sindicatos se embarcarán en un proceso democrático que podría cercenar su poder establecido. Sin embargo, las ventajas del procedimiento presentado son tan obvias que es de esperar que pronto una generación más joven marque la pauta en los parlamentos, que han estado familiarizados con el principio de consenso de aplicación universal desde sus días escolares y han aprendido que la cooperación lleva más allá de la confrontación. ¡Luego sacudirá la cabeza ante los rituales de votación actualmente (todavía) comunes!
¡Lo mejor es que se familiarice con el muy importante "principio Sk" leyendo, aplíquelo personalmente en su círculo y atraiga la esperanza conmigo de que la democracia aún se puede salvar! Una vez que este principio haya prevalecido en amplias zonas, ni siquiera la política podrá sustraerse a un método que obliga a anteponer el bien público a los intereses partidistas.
¡Los dos autores ponen su granito de arena por el bien común con esta publicación!